sábado, 26 de octubre de 2013

LA PRUDENCIA Y LA MODERACIÓN:

 •Se llama sensato o prudente al que reflexiona adecuadamente acerca de las acciones que mas le conviene realizar en cada momento, sabe elegir y lleva en consecuencia una buena vida.
•Se distingue de la ciencia porque esta reflexiona sobre lo necesario por medio de la demostración y la prudencia se ocupa de lo contingente mediante deliberación.
Se diferencia también del arte porque este se ocupa de la producción mientras que la prudencia se ocupa de la acción.
•El método de la prudencia es la deliberación y el objeto del que se ocupa es lo contingente entendida como acción, que es en si misma su propio fin.
Según Aristóteles no hay virtud moral sin prudencia, porque cuando esta falta no se acierta con el bien o lo conveniente; pero tampoco hay prudencia sin virtud moral, pues solo el virtuoso tiene como fin una vida buena.
Un ejemplo de prudencia sería: un hombre no tiene como fin en su vida la salud, pero sin embargo se fuma un paquete de tabaco al día no lo llamaremos sensato o prudente aunque sepa encontrar los medios que le permiten satisfacer sus vicios.


La moderación es la virtud moral que consiste en el justo medio entre dos extremos o vicios, esto quiere decir que no es bueno dejarse llevar y excederse en los placeres corporales ni tampoco ser insensible a los mismos.
Quien carece de templanza y se deja arrastras por los placeres pervierte su juicio respecto a lo que le conviene y debería ser el fin de su vida.

No llamamos prudente al que en una ocasión o dos se comporta sensatamente, sino al que habitualmente lo hace a lo largo de su vida.
El juicio propio de la prudencia es la opinión. De las partes racionales del alma el la razón practica la que se ocupa de las acciones y como las acciones son contingentes, los juicios que le son propios son opiniones que, no obstante, han de estar fundadas en razones.
Cabe destacar que según Aristóteles, en el caso del arte se puede ser mejor o peor artista, pero en el caso de la prudencia no, pues o se es prudente o no se es.
La prudencia está relacionada con la deliberación y la elección.
El hombre prudente es el que delibera bien y sabe elegir en situaciones concretas los mejores medios con el fin de lograr una buena vida.
Por ejemplo: llevar una vida sana y comer cosas digestivas, el hombre prudente conoce además cuales son los alimentos ligeros y por eso elige lo más adecuado.

La prudencia se ocupa tanto de nuestra vida privada como de nuestra vida pública.

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