•Se distingue de la ciencia porque esta reflexiona sobre lo
necesario por medio de la demostración y la prudencia se ocupa de lo
contingente mediante deliberación.
Se diferencia también del arte porque este se ocupa de la
producción mientras que la prudencia se ocupa de la acción.
•El método de la prudencia es la deliberación y el objeto del
que se ocupa es lo contingente entendida como acción, que es en si misma su
propio fin.
Según Aristóteles no hay virtud moral sin prudencia, porque
cuando esta falta no se acierta con el bien o lo conveniente; pero tampoco hay
prudencia sin virtud moral, pues solo el virtuoso tiene como fin una vida
buena.
Un ejemplo de prudencia sería: un hombre no tiene como fin
en su vida la salud, pero sin embargo se fuma un paquete de tabaco al día no lo
llamaremos sensato o prudente aunque sepa encontrar los medios que le permiten
satisfacer sus vicios.
La moderación es la virtud moral que consiste en el justo
medio entre dos extremos o vicios, esto quiere decir que no es bueno dejarse
llevar y excederse en los placeres corporales ni tampoco ser insensible a los
mismos.
Quien carece de templanza y se deja arrastras por los
placeres pervierte su juicio respecto a lo que le conviene y debería ser el fin
de su vida.
No llamamos prudente al que en una ocasión o dos se comporta
sensatamente, sino al que habitualmente lo hace a lo largo de su vida.
El juicio propio de la prudencia es la opinión. De las
partes racionales del alma el la razón practica la que se ocupa de las acciones
y como las acciones son contingentes, los juicios que le son propios son
opiniones que, no obstante, han de estar fundadas en razones.
Cabe destacar que según Aristóteles, en el caso del arte se
puede ser mejor o peor artista, pero en el caso de la prudencia no, pues o se
es prudente o no se es.
La prudencia está relacionada con la deliberación y la
elección.
El hombre prudente es el que delibera bien y sabe elegir en
situaciones concretas los mejores medios con el fin de lograr una buena vida.
Por ejemplo: llevar una vida sana y comer cosas digestivas,
el hombre prudente conoce además cuales son los alimentos ligeros y por eso
elige lo más adecuado.
La prudencia se ocupa tanto de nuestra vida privada como de
nuestra vida pública.
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