Platón defiende un dualismo radical: el hombre es dos cosas absolutamente distintas, el alma y el cuerpo. Entre ellos existe una unión meramente accidental, casual y por así decirlo antinatural, ya que el cuerpo es como una prisión para el alma y un obstáculo para el conocimiento, y lo ideal para el alma sería vivir sin él. Por el contrario Aristóteles defiende que entre ambos se da una unión sustancial (hilemorfismo) ya que si uno de ellos faltara no existiría esa sustancia que es el hombre. El cuerpo es para él la materia, y el alma la forma sustancial. Si el cuerpo muere, el alma deja de existir. Como vemos Aristóteles niega la inmortalidad del alma individual que Platón defendía.
Lo que define a los entes animados, es el vivir, pero vivir se pueden entender de muchas maneras y por eso hay diferentes clases de almas:
- Vegetativa: Es la única que poseen las plantas, pero también se da en animales y hombres.
- Sensitiva: Implica conocimiento y la tienen los animales y el hombre.
- Racional: Es la exclusiva y privativa del hombre.
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