ETAPAS
Aunque la cuestión de las etapas
en la evolución de su pensamiento es controvertida, si aceptamos la
clasificación más conocida, la de Ferrater Mora, hay que señalar sus viajes a
Alemania como el elemento determinante de la primera etapa, el objetivismo, que
llega hasta 1914, fecha de publicación de Meditaciones del Quijote.
Ortega siempre estuvo interesado
por la filosofía pero en estos años de formación le vemos vacilar respecto de
su futuro intelectual y académico: sugiere especializarse en filología clásica,
pero en Leipzig parece que se decide por la psicología pues se matricula en
varias asignaturas de esta materia y estudia con el fundador de la psicología
experimental. Nunca abandonó el interés por la psicología, llegando en su
juventud a considerar la posibilidad de dedicar a ésta su vida profesional.
Sus intereses más marcados son
los filosóficos, decantándose ya en Berlín por el estudio profundo de Kant.
Tras su estancia en esta ciudad, vuelve otro semestre a Madrid y con una ayuda
del Estado se traslada de nuevo y para el semestre de invierno (1906-1907) a
Alemania, a Marburgo, buscando a los mejores representantes del pensamiento
neokantiano, Herman Cohen y Paul Natorp.
En esta época, y de acuerdo con
el espíritu de la filosofía neokantiana, considerará que lo principal no es lo
subjetivo y lo individual sino el ejercicio de la razón, ejercicio que nos
vincula con el ámbito de lo objetivo, lo universal y de la ciencia.
La segunda etapa de su
pensamiento (1914-1923), es una fecha importante puesto que ese año publica su
obra Meditaciones del Quijote, con la que da comienzo el perspectivismo. Aunque
anticipada en Adán en el paraíso (1910), es en las Meditaciones en donde
encontramos con claridad la teoría de las circunstancias y su complemento, la
doctrina perpectivística. Culmina esta etapa proponiendo superar el
racionalismo y la modernidad.
La tercera etapa de su pensamiento recibe el
nombre de racio-vitalismo y transcurre
desde 1924, año en el que aparece Ni vitalismo ni racionalismo hasta el final
de su vida. Sería un error considerar que las nuevas ideas sustituyen a las
anteriores se trata más bien de una continuación o perfeccionamiento puesto que
el raciovitalismo y la razón histórica
no hacen otra cosa que extraer las consecuencias de su teoría de la
circunstancia y del perspectivismo.
En esta época los temas orteguianos girarán
siempre alrededor de la realidad radical descubierta por nuestro autor, la
vida, entendida no desde el punto de vista biológico sino experiencial y por lo
tanto temporal e histórico.
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