viernes, 9 de mayo de 2014

ETAPAS

ETAPAS

Aunque la cuestión de las etapas en la evolución de su pensamiento es controvertida, si aceptamos la clasificación más conocida, la de Ferrater Mora, hay que señalar sus viajes a Alemania como el elemento determinante de la primera etapa, el objetivismo, que llega hasta 1914, fecha de publicación de Meditaciones del Quijote.

Ortega siempre estuvo interesado por la filosofía pero en estos años de formación le vemos vacilar respecto de su futuro intelectual y académico: sugiere especializarse en filología clásica, pero en Leipzig parece que se decide por la psicología pues se matricula en varias asignaturas de esta materia y estudia con el fundador de la psicología experimental. Nunca abandonó el interés por la psicología, llegando en su juventud a considerar la posibilidad de dedicar a ésta su vida profesional.

Sus intereses más marcados son los filosóficos, decantándose ya en Berlín por el estudio profundo de Kant. Tras su estancia en esta ciudad, vuelve otro semestre a Madrid y con una ayuda del Estado se traslada de nuevo y para el semestre de invierno (1906-1907) a Alemania, a Marburgo, buscando a los mejores representantes del pensamiento neokantiano, Herman Cohen y Paul Natorp.

En esta época, y de acuerdo con el espíritu de la filosofía neokantiana, considerará que lo principal no es lo subjetivo y lo individual sino el ejercicio de la razón, ejercicio que nos vincula con el ámbito de lo objetivo, lo universal y de la ciencia.

La segunda etapa de su pensamiento (1914-1923), es una fecha importante puesto que ese año publica su obra Meditaciones del Quijote, con la que da comienzo el perspectivismo. Aunque anticipada en Adán en el paraíso (1910), es en las Meditaciones en donde encontramos con claridad la teoría de las circunstancias y su complemento, la doctrina perpectivística. Culmina esta etapa proponiendo superar el racionalismo y la modernidad.
 La tercera etapa de su pensamiento recibe el nombre de racio-vitalismo  y transcurre desde 1924, año en el que aparece Ni vitalismo ni racionalismo hasta el final de su vida. Sería un error considerar que las nuevas ideas sustituyen a las anteriores se trata más bien de una continuación o perfeccionamiento puesto que el raciovitalismo y la razón histórica  no hacen otra cosa que extraer las consecuencias de su teoría de la circunstancia y del perspectivismo. 
En esta época los temas orteguianos girarán siempre alrededor de la realidad radical descubierta por nuestro autor, la vida, entendida no desde el punto de vista biológico sino experiencial y por lo tanto temporal e histórico.



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